- En 19/02/2014
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Madrid y sus aguas milagrosas
Madrid, o más bien en la época en la que nuestra ciudad se conocía como Mayrit, abundaban los arroyos, pozos o manantiales de agua, pero con el paso del tiempo estas fuentes de agua han quedado bajo tierra, quedando conectadas en la red del Canal de Isabel II, que como sabemos es la empresa encargada de suministrar agua potable a nuestra comunidad.
Varias de las fuentes que se crearon por Madrid se consideraba que contenían aguas milagrosas, e incluso la gente hacía largas colas para conseguir garrafas de ese agua que consumían cuando estaban enfermos. Contaremos algunas de las historias que se esconden detrás de esas «aguas milagrosas».
Comenzamos por la que posiblemente sea la más conocida, el Manantial de San Isidro. Todo viene por un milagro que se le atribuye a este santo: estando él trabajando en el campo, su hijo cayó en un pozo cercano, él se acercó y comenzó a rezar junto con su mujer, cuando de repente el nivel del agua del pozo comenzó a subir, devolviendo a su hijo al lado de sus padres sano y salvo. De ahí nació la fuente donde más tarde la gente guardaba su turno en una cola para beber. Más tarde se creó la ermita. Este lugar se encuentra en el paseo del Quince de Mayo, 62, en el distrito de Carabanchel.
La segunda fuente es la del Berro, la cual fue creada dentro del parque que lleva el mismo nombre, por el rey Felipe IV. Actualmente este agua forma parte del riego del parque. Su ubicación está en el distrito del Salamanca.
Por último hablaremos de la que existe en el parque del Oeste. Conocida como la fuente de la salud. Aunque en la actualidad hay un cartel de agua no potable, esta fuente tiene seguidores incondicionales, que van cada día a llenar botellas de agua para su propio abastecimiento. Esta fuente en particular, se decía que tenía beneficios para el estomago, el hígado o tiroides. Hay quien dice que estas aguas provienen de las cañerías del canal de Isabel II, pero otros que las aguas provienen de la sierra, y que con el contacto con las tierras calizas, cambiarían las propiedades.
Éstas son sólo tres de las aguas que alguna vez corrían en arroyo por Madrid, como dijo un historiador del siglo XVI: «Fui sobre agua edificada…».