
- En 01/10/2014
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CUATRO CAMINOS Y TETUAN
Su núcleo hay que situarlo en la glorieta de Cuatro Caminos, importante encrucijada en que las rondas del ensanche de 1860, actuales calles de Reina Victoria y Raimundo Fernández Villaverde venían a cortar la carretera de Francia, hoy Bravo Murillo. En torno a esta intercesión y al fielato en él construido fueron surgiendo precarias viviendas habitadas por pequeños artesanos y hortelanos qué al trasladarse a la capital desde la sierra vecina, elegían para asentarse estos parajes que también conocían al haberlos atravesado miles de veces con sus carros cargados de verduras. De la glorieta partían las diligencias que unían Madrid con la frontera francesa; algo más tarde a ella venían a parar las líneas de tranvías, cada una con su color característico, que llevaban al centro de la ciudad y a los pueblos de su periferia. Para entonces, hacía ya años que en los despoblados situados más al norte había aparecido otro núcleo de población, el qué en 1860, tras el triunfo del ejército español en la primera guerra de Afríca, sería bautizado con el algo rimbombante nombre de Tetuán de las Victorias.
La apertura en 1919 de la línea de metro Progreso-Cuatro Caminos, ampliada hasta Tetuán un decenio más tarde, supuso un gran impulso al desarrollo de la zona, que poco a poco fue quedando incorporada al tejido urbano.
La existencia de numerosos merenderos y bailes, de una plaza de toros, destruida durante la guerra civil, en la que en 1935 había de debutar Manolete, contribuía a crear un ambiente de gran animación en los días festivos.